Iniciada en torno a la Cumbre de los Pueblos de Río+20 que tuvo lugar en 2012 en Brasil, la plataforma Dunia se constituyó para apoyar el intercambio de información y la movilización de las organizaciones de la sociedad civil en relación con cuestiones de sustentabilidad y arquitectura del poder. Desde entonces, Dunia ha avanzado junto con redes que trabajan en estos temas en diferentes regiones del mundo.
La comunicación y las redes electrónicas se están convirtiendo en una dimensión cada vez más estratégica en las actividades humanas. Desde la fabricación de influencias a la valorización de los datos digitales hasta los flujos financieros, los procesos electorales y las confrontaciones geopolíticas en la esfera de la información, la comunicación electrónica, nos guste o no, establece una nueva interdependencia que debemos aprender a descifrar, observar, regular y asociar con otros desafíos locales y globales.
Uno de los desafíos, que se ha hecho evidente en los últimos diez años, es el de consolidar un espacio electrónico “ciudadano”, es decir, tener una visión del ciberespacio, de articulaciones y recursos puestos al servicio del interés general, los derechos y otras transformaciones estructurales. Al igual que otros bienes comunes globales, la creciente depredación de la conectividad por parte de los actores estatales y corporativos, en el contexto de una nueva carrera geoeconómica, requiere la construcción de alternativas.
Un segundo desafío es el de desarrollar sinergias entre la acción colectiva, las organizaciones y los recursos informáticos. Dejando de lado el tecnocentrismo y aspectos ideológicos, es esencial afirmar que las técnicas deben ponerse al servicio de los fines políticos. La realidad muestra que muchos desafíos se plantean menos al interior de la “división” sectorial entre las problemáticas y más en su intersección: entre la acción en el campo, el conocimiento y la reflexión estratégica; entre el territorio en transición, la resistencia ciudadana y los ecosistemas digitales; entre la economía, las plataformas digitales y la justicia social; entre los medios, la (des)información y la ciudadanía; entre la confrontación de las potencias en el ciberespacio, el multilateralismo y la regulación de los bienes comunes. En esta fisionomía evolutiva de los desafíos, nuevas alianzas se abren paso.
Dunia hace solo una modesta contribución a estas cuestiones. Su acción directa consiste, por un lado, en proporcionar recursos a las redes de la sociedad civil o a instituciones, en la forma de infraestructura (conectividad y servidores), software y servicios en línea (FOSS), del mismo modo que otras redes que, juntas, comienzan a formar una primera infraestructura global de conectividad ciudadana. Esta oferta en red es indisociable de un trabajo metodológico sobre la acción en red.
La plataforma Dunia también contribuye en la producción de reflexiones sobre las cuestiones planteadas anteriormente, en la ayuda para sostener estas alianzas y en la realización de experimentaciones metodológicas.