Dunia saca las lecciones de diez años de acción-observación en contacto con diferentes entornos sociopolíticos y geoculturales. El mundo endurecido y multipolar en que estamos exige un nuevo marco de referencia para pensar y actuar. Concebir ese marco de referencia implica un arduo y exigente esfuerzo de adaptación, para estar a la altura de las confrontaciones. Nuestra agenda de trabajo, por modesta que sea, se está reposicionando en el ámbito de los conflictos geopolíticos, la inteligencia estratégica y las guerras informacionales La ingeniería informática, uno de nuestros oficios principales, se inscribe ahora en estos tres ámbitos. El compromiso y el espíritu de aventura no dejan de ser parte de los ingredientes que nuestro equipo franco-argentino moviliza para avanzar…
«Hay que elegir: descansar o ser libre». Tucídides
Balance
Lanzada alrededor a la Cumbre de la Tierra Río+20 en 2012, la plataforma de comunicación Dunia se propuso ante todo ofrecer herramientas de intercambio de información y de movilización para las organizaciones enfrentadas a los retos de la sustentabilidad y a las confrontaciones geopolíticas y geoeconómicas que le son inherentes.
Los proyectos de esta primera década han confirmado (o invalidado) una serie de premisas iniciales que resumimos aquí, dejando deliberadamente de lado varios aspectos secundarios.
- Las herramientas informáticas y metodológicas de la plataforma, con un doble enfoque de eficacia y soberanía, han cumplido satisfactoriamente sus objetivos operativos, pero resultan estériles si no existen vínculos con el ámbito estratégico. Para las entidades civiles o económicas cuya existencia depende directamente de estas herramientas, la toma de conciencia suele ser más inmediata. Pero el esfuerzo puede ser anecdótico cuando las organizaciones las usan de manera tecnicista, sin voluntad de apropiársela y sin ambición estratégica. Sin pasar por alto que el objetivo primordial de una herramienta es automatizar las tareas mentales y de comunicación, lo cierto es que el alcance de la información nos lleva mucho más allá de este perímetro funcional, y que las experiencias son tanto más transformadoras cuanto más se conectan con el ámbito estratégico, es decir, con el vínculo creativo entre los objetivos y los medios desplegados para actuar.
- La información es un nuevo activo estratégico, en el centro de la acción colectiva y de la fisiología del siglo XXI. Vertebra las actividades humanas y ha cambiado la naturaleza de los equilibrios de poder. La potencia informática, la red ubicuitaria y el software han creado progresivamente un vector de igualación de potencia, ofreciendo al mundo civil capacidades de maniobra que antes eran difíciles de imaginar. Sin embargo, esta expansión tiende a ocultar otro uso igualmente decisivo de la información: el de recolectar y interiorizar los conocimientos necesarios para modernizarse y competir globalmente.
- El descubrimiento de la potencia informática ha provocado una profunda transformación de la economía y un movimiento de depredación comparable al de épocas anteriores (exploración marítima, electricidad, vapor, combustibles fósiles). Este movimiento intensificó el clima de guerra económica imperante hasta ahora y amplió su alcance. La dependencia informacional y cognitiva se perfila como una de las nuevas caras de la dominación entre actores o entre potencias.
- La caracterización que se hace de los retos societales y de las correlaciones de fuerza es sesgada y engañosa. Como resultado de la inercia ideológica y de las batallas informacionales, la forma en que se interpretan los asuntos locales y globales en muchos sectores suele estar diametralmente en desacuerdo con la realidad. Por ejemplo, el compromiso multilateral para la protección del clima es la punta de lanza disimulando una guerra geoeconómica librada por los barones del capitalismo feudal, en pos de controlar la energía y el desarrollo. Lo mismo ocurre con gran parte de la agenda europeista y onusiana, y de otras instituciones internacionales, envuelta de un doble lenguaje para debilitar a los países competidores. La invasión rusa de Ucrania, como otro ejemplo, es menos una guerra defensiva en reaccioń a la expansión de la OTAN que un movimiento ofensivo para desestabilizar la seguridad europea, parte de un nuevo tipo de guerra fría entre el atlantismo y el dúo chino-ruso. Los ejemplos de este tipo son muchos y no constituyen una excepción a la regla.
Este balance se está volviendo lo suficientemente crítico como para que Dunia adopte una nueva hoja de ruta. La reciente ruptura de algunas de nuestras alianzas nos ha incentivado a asumir este compromiso.
Una brújula 2.0
El primer ámbito de cambio es el de la visión global.
Durante las tres últimas décadas, el mundo se ha ido deslizando hacia un nuevo estado de conflicto e inestabilidad, cuya descripción aún escapa al vocabulario de los manuales de historia y estrategia. El rasgo más llamativo es la rivalidad sistémica entre Estados Unidos y China, con el centro de gravedad del planeta desplazándose hacia Asia, en un contexto de reconfiguración multipolar. En torno a esta línea de fuerza, el binomio ruso-china se esfuerza por fracturar la hegemonía occidental y dividir su monopolio en dos subsistemas, mediante una guerra múltiple, a la vez geoeconómica, geopolítica, tecnológica y militar. La principal potencia atlantista trabaja para contener la expansión china, mientras ejerce agresivamente su dominio al interior del bloque occidental.
Al margen de la cortesía multilateral, prevalece la competencia entre Estados aliados o rivales, que entablan un combate sistémico en todos los frentes existentes. El totalitarismo sigue presente en los regímenes autocráticos, y también en los regímenes democráticos en los cuales las técnicas de persuasión de masas han hecho avanzar las fronteras de la ingeniería social. Cada vez más pruebas indican que el COVID-19 fue construido en todo el planeta como una psicosis sanitaria con el objetivo de profundizar los mecanismos de control social. El mundo occidental se deja doblegar bajo el efecto combinado de estos feudalismos internos, la acción de las potencias contestatarias y la pérdida de fe en sí mismo. El mundo económico y la sociedad civil se ven afectados por este endurecimiento, al mismo tiempo que participan activamente en su teatro de operaciones.
En Francia, estas múltiples variables, asociadas con los sucesivos fracasos de reformas y al despilfarro presupuestario, anuncian una caída, al mismo momento que Alemania experimenta la ruptura de su modelo energético. De forma general, América Latina no logra salir de un estado de fragmentación generado por el propio rezago de sus élites y el doble cerco del neomarxismo y de la realpolitik norteamericana, a lo cual se suma ahora la dependencia creciente a China.
En este cuadro, la dinámica dominante es la de la omnipresencia de las correlaciones de fuerza y la depredación, aunque existen obviamente otros factores explicativos. La inercia de los marcos de interpretación y la caducidad de los análisis, primeros obstáculos para comprender la realidad, aparecen así como dos problemas centrales. La extensión de la conflictividad cambió la naturaleza de la política en los regímenes democráticos. El altermundialismo se ve centrifugado entre una concepción de la emancipación arraigada en el falso problema de la crisis ecológica de la civilización y la superación de las relaciones de dominación según una visión dogmática y posnacional. Irónicamente, muchas redes civiles y movimientos sociales han interiorizado el doble lenguaje del capitalismo feudal y sus fábricas de influencia. Del otro lado del espectro, el tejido productivo se ve comprimido por la competición entre potencias y una concepción irenista del liberalismo, pese a que muchos están bajo el fuego de la guerra económica y que la geoeconomía ofrece una vía preferencial del crecimiento de potencia geopolítica. Estos rápidos cambios han convertido una serie de planteamientos anteriores en pensamiento residual.
Por ello, una de las prioridades de Dunia es participar en un esfuerzo de renovación de los marcos de análisis, desde una perspectiva realista y no ideológica.
Las temáticas de trabajo son por lo tanto las siguientes:
- La renovación de los marcos geoestratégicos y polemológicos para entender del mundo.
- La guerra sistémica en una era de conflicto integrado entre lo militar, lo económico y la información.
- La guerra cognitiva, la influencia y el uso estratégico de la información.
- El arte del combate de las sociedades y sus actores frente a las múltiples formas de violencia, de biopolítica y depredación.
- La renovación de los enfoques económicos en la era de la sociedad de la información y de la competición global.
El segundo ámbito de desarrollo es el de los proyectos y alianzas.
La visión «poco convencional» que acabamos de esbozar ya ha tenido un gran impacto en las alianzas que construye Dunia y en su modo de trabajar. Varios lazos de confianza se han diluido o roto. Más allá de nuestro caso particular, está claro que el espíritu de época se ocupa de relegar quienes cuestionan el pensamiento único o abrazan ese marco de referencia en la periferia de un sistema que prefiere reprimir la inquietante realidad de los choques de poder o confinar este enfoque en círculos ultraespecializados (militares, comunidad estratégica, universidad).
Sin embargo, en teoría, los temas mencionados afectan a un gran número de actores. El objetivo subyacente es elevar esta conflictividad hasta la arena política, con la esperanza de regularla y reducir su potencial destructivo. Ahora bien, en la práctica, muchos actores actúan de forma fragmentada debido a la existencia de barreras culturales, identitarias y conceptuales, o incluso diques ideológicos habilitados de modo ofensivo. Es precisamente en estas fronteras que nacen a menudo las ideas y los modos de accionar que se sintonizan con las cuestiones expuestas anteriormente.
Este último punto debe considerarse en el contexto de las principales colaboraciones de Dunia hasta la fecha. Los resultados han sido muy variables, debido a ciertos sesgos ideológicos y a la cohesión de las visiones involucradas. Cuando la acción para emprender está más arraigada en la ideología que en la realidad, puede ser lógico esperar que los resultados sean limitados. Además, el conservadurismo ideológico se ve reforzado por el efecto disciplinador del colectivo o de los intereses creados. Las colaboraciones más virtuosas, cualitativamente hablando, e incluso a pequeña escala, suelen ser aquellas en las que se realiza una verdadera inversión intelectual y conceptual de ambas partes, ya sean organizaciones o individuos, en relación con un criterio de arraigo en las necesidades reales.
Desde principios de 2024, Dunia es independiente de cualquier financiación procedente de organizaciones filantrópicas. Aunque esto puede haber creado temporalmente un desequilibrio financiero, da al proyecto una mayor libertad de maniobra para avanzar en su nueva agenda. La microempresa Dunia se creó legalmente en Francia en octubre de 2023, con un estatuto ampliado.
Estos múltiples pasos han llevado a una reorganización del modus operandi de Dunia.
- Mantener una actividad profesional basada en la ingeniería informática (infogestión, diseño de sistemas de información y comunicación), orientada a las PYMEs, las redes civiles y las instituciones, siempre desde el ángulo de la soberanía tecnológica, el enfoque estratégico y la inteligencia colectiva.
- Extender la actividad a la formación y la consultoría en inteligencia estratégica, guerra informacional y geopolítica.
- Sostener una investigación y una producción conceptual (libros, artículos, traducciones) basada en los temas mencionados.
- Impulsar iniciativas destinadas a fomentar la difusión de ideas y la creación de redes (mediante encuentros, seminarios web, formación, etc.).
- Promover una ética de acción basada en la pertinencia conceptual, la integridad, el espíritu de aventura y el diálogo intercultural.
Trabajos en marcha
- Publicación y distribución del libro Una nueva era de confrontación informacional en América Latina (Ciccus, Argentina).
- Traducción del libro La guerra económica en el siglo XXI (VA éditions) y Atlas estratégico (Gérard Chaliand).
- Redacción en curso de Combattre en Amérique du sud (mirada actual e histórica sobre las culturas de combate) con VA éditions.
- Escritura en curso sobre Reconquistar el cibermundo y Memorias.
- Redacción de Itinéraires con Arnaud Blin y Gérard Chaliand.
- Producción diversa e intercambios: Communication et Influence, revista R2IE de inteligencia económica (entrevista), revista Conflits (artículos sobre Argentina), revista Seguridad global (entrevista), revista Perspectivas de América Latina (artículo sobre las guerras políticas y informacionales en América Latina).
- Diseño de un sistema de información para gestionar las relaciones y las comunicaciones del Foro Global de Economía Social.
- Grupo de trabajo temático sobre la guerra informacional con el Institut de l’iconomie.