El acuerdo multilateral recién sellado entre la Unión Europea y el MERCOSUR puso de nuevo en el tapete las tensiones entre ambos bloques y sus modelos agrícolas.
Mientras los productores mercosureños cuestionan el modelo de influencia y de agricultura subsidiada de la PAC europea, esta última teme la competencia asimétrica traída por los sectores productivos suramericanos, respondiendo a un referencial normativo muy distinto. De hecho, las protestas de los productores han sido una constante en Europa durante los últimos años. La presión regulatoria que cae sobre los productores perjudica no solamente a la sobrevivencia de este sector económico, sino también la base de soberanía alimentaria de las naciones europeas.
A nivel del MERCOSUR, la heterogeneidad ha sido la regla. Brasil es hoy una potencia agroalimentaria, mientras sus vecinos han jugado un papel menos competitivo en la geopolítica de la alimentación. Esta disparidad proviene de la misma génesis del MERCOSUR. Al igual que en Europa, el juego interno entre potencias ha dado ventajas a los países más aptos para sortear las correlaciones de fuerza. Argentina, por ejemplo, se ha autocondenado a un rol menor debido al nivel de depredación de su Estado sobre el sector agrícola y su dificultad para entender los tiempos geopolíticos.
Por lo tanto, no es una casualidad que este acuerdo, cuyas primeras negociaciones remontan a los años 2000, desate nuevamente polarizaciones y tensiones. El camino para alcanzar algunos términos comunes ha si y sigue siendo muy tortuoso. Un conflicto de fuerte intensidad existe entre los sectores agrícolas y la administración estatal al interior de los países europeos. Existe también en el MERCOSUR, con una administración que en varios aspectos reduce el desarrollo agrícola y desvía sus inversiones. Uno de los puntos comunes entre ambos bloques es justamente que las maniobras ofensivas de la administración sobre el sector están blanqueadas por narrativas sanitarias o ambientales.
Una lectura conflictiva de esta temática se vuelve central para entenderla más a fondo. En la práctica, un marco de interpretación basada en las correlaciones de fuerza y la influencia permite entender mucho más el trasfondo de tales acuerdos. No se trata solamente de un acercamiento entre mercados agroalimentarios. Se trata sobre todo de un choque entre dos matrices de guerra económica y de potencia, que revelan sus contradicciones y sus dinámicas internas.
Este webinario propone compartir varios testimonios de productores, periodistas y analistas de Argentina, Francia y España para explorar el panorama. Una síntesis escrita será producida a posteriori.